viernes, 25 de enero de 2019

LIT. MEXICANA: EMILIO RABASA (NOVELA)


EMILIO RABASA
(Ocozocoautla, 1856 - ciudad de México, 1930)
Novelista mexicano, iniciador del realismo en su país, que compaginó su tiempo entre la literatura, la abogacía y la política, y llegó a ser gobernador de su estado natal. Tras estudiar derecho en Oaxaca, desempeñó varios cargos oficiales en Chiapas. Asentado en la ciudad de México progresó en su carrera como abogado y estudió a fondo el juicio de amparo. Su infortunada asociación al gobierno golpista de Victoriano Huerta lo obligó a refugiarse en Estados Unidos.


Su obra consiste, básicamente, en las novelas La gran ciencia (1887), La bola (1887), El cuarto poder (1888), Moneda falsa (1888) que conforman la tetralogía denominada "Novelas Mexicanas" y La Guerra de Tres Años (aparecida póstumamente en 1931). En su madurez, formó parte de la Academia Mexicana de la Lengua.

De su personalidad como jurista y político nos pueden dar idea algunas de sus restantes obras: El artículo 14; La Constitución y la Dictadura; El juicio constitucional; La organización política de México y La evolución histórica de México. Para sus publicaciones literarias, Emilio Rabasa utilizó el seudónimo Sancho Polo.
“MONEDA FALSA”  (Fragmento)
"Media hora hablamos así; media hora que pudo reducirse a la cuarta parte, porque Jacinta no opuso resistencia formal. Y quedó ajustado, entre araños y estrujones, que al tercer día a las diez de la noche iría yo por ella.          
Bajé rápidamente los escalones al oír la voz chillona de doña Serafina en el corredor, y en el segundo tramo tropecé con Joaquín, que había estado allí, tal vez escuchando la conversación.    
No sonaban las diez todavía cuando entraba yo a mi casa, después de recorrer la distancia del Puente de Monzón a mi casa andando algunas calles de más por hacer más largo el camino, que quizá quisiera encontrar interminable. Algo de vanidad de triunfo y miedo de criminal se juntaban en mi corazón; pero a pesar de lo segundo, me sentía satisfecho de la conquista e impaciente por la realización de mis propósitos. 
Había luz encendida en la redacción y presumí que sería Claveque, contra el cual sentí de súbito un movimiento de rencor y algo como deseo de pegarle; pero mi sorpresa y contrariedad fueron muy grandes cuando vi que me había equivocado y que quien me esperaba era nada menos que Pepe Rojo. "








Ejemplificación del pronombre “Si”





Si, conjunción condicional o nota musical.



Si, no se acentúa cuando esta palabra funciona como conjunción condicional en una gramatical.



Conjunciones condicionales: con tal que, siempre que, dado que, como, ya que, en caso que.




Ejemplo:

Si te cambias de domicilio.






Ejercicio:

Enseguida realizarás  3 oraciones donde coloques el “si” y subráyalo.

  1. Invítame, si vas a salir.
  2. Si estudias, pasarás el examen.
  3. Si dices la verdad me sentiré feliz.
   
   

  

LIT. MEXICANA: FERNANDO CALDERÓN (TEATRO)


FERNANDO CALDERÓN
(Guadalajara, 1809 - Villa de Ojocaliente, 1845)

Dramaturgo mexicano al que se considera uno de los primeros autores románticos de México.

Cultivó la literatura desde muy joven: a los quince años escribió sus primeros poemas y a los dieciocho estrenó su primer drama. Abogado de profesión, sus ideas liberales lo llevaron a combatir en la batalla de Guadalupe contra Santa Anna, a quien apostrofa en uno de sus poemas; desempeñó en Zacatecas, posteriormente, diversos cargos políticos.
De su producción teatral se conservan dos dramas caballerescos, El torneo (1839) y Herman o la vuelta del cruzado (1842); un drama histórico, Ana Bolena (1842); y una comedia, A ninguna de las tres (estrenada probablemente en 1841 o 1842). Fernando Calderón conoció y estudió a los dramaturgos románticos españoles, sobre todo a Antonio García Gutiérrez, y se adentró en la lectura del teatro romántico francés; como buen romántico, buscó para su teatro asuntos extraordinarios y aureolados por el prestigio de la leyenda o de la historia.
Así, en el drama histórico Ana Bolena, en El torneo y en Herman (el más acentuadamente romántico de sus dramas caballerescos), Fernando Calderón abandonó el marco habitual del teatro mexicano, no sólo porque sus lecturas y preferencias lo llevaban a otros países y a otros tiempos, sino porque la situación política le impedía tratar en serio temas actuales. Cediendo al empuje de las inclinaciones del público y de las compañías dramáticas españolas que recorrían América, formadas dentro del medievalizante romanticismo europeo, prefirió refugiarse en el pasado, que le permitía manifestar sin trabas sentimientos elevados que no cabían en el presente: la evasión temporal y geográfica es una constante entre los escritores románticos.

APORTACION A LA LITERATURA
Entre las obras de Calderón, A ninguna de las tres es la más interesante. Esta pieza de asunto y ambiente mexicanos, réplica de la comedia de Manuel Bretón de los Herreros Marcela, o ¿cuál de las tres?, es una comedia de caracteres en la que se critica la educación hogareña mal conducida, lo provinciano y las modas importadas. La crítica se dirige sobre todo contra el afrancesamiento, el sentimentalismo desmesurado y la frivolidad y falsa erudición femenina, defectos que respectivamente encarnan Leonor, María y Clara, las tres muchachas a las que corteja don Juan y con las que decide no casarse.
Como Fernández de Lizardi, quien en La Quijotita y su prima pinta los errores que en su tiempo cometen algunos padres en la educación de las mujeres, Calderón expone los desaciertos en que incurren los románticos al educar a sus hijas; se burla de una melancolía que no pasa de ser una pose, de la vanidad carente de respaldo, de la cultura prendida con alfileres y de la copia extralógica de las costumbres extranjeras. Y al igual que Bretón de los Herreros, Calderón se muestra aquí muchísimo más próximo al neoclasicismo de Moratín que al romanticismo imperante.
“A NINGUNA DE LAS TRES” (Fragmento)
DON TIMOTEO
Vaya, Serapia, estás hoy
muy elegante; ¡que bello!
¡qué rico vestido! ¡diablo!
Si no fuera por tu pelo
un poco blanco, y las rugas
de tus mejillas, apuesto
que ninguno te daría
más de treinta y cinco.
DOÑA SERAPIA
¿Cierto?
¿conque no parezco mal?
DON TIMOTEO
¿Cómo mal? Si poco menos
Estás hoy como aquel día
que nos casamos: me acuerdo
como si fuera hoy
DOÑA SERAPIA
Con todo,
treinta y dos años y medio
hace que pasó
DON TIMOTEO
Es verdad.
¡Qué pronto se pasa el tiempo!
DOÑA SERAPIA
¡Y qué tiempos!
DON TIMOTEO
Muy felices;
no se parecen a éstos:
¡ay! hija, por más que digan
los pisaverdes modernos,
aquello era mucho, ¡mucho!
¿Te acuerdas con qué salero
bailabas una “gavota”?
DOÑA SERAPIA
Y tú también, picaruelo,
aquel “minuet de la corte”

LIT. MEXICANA: MANUEL EDUARDO DE GOROSTIZA (TEATRO)

MANUEL EDUARDO DE GOROSTIZA
(Veracruz, 1789- Ciudad de México 1851)



Su nombre completo era Manuel María del Pilar Eduardo de Gorostiza y Cepeda, nació el 13 de octubre de 1789 en Veracruz. A la muerte de su progenitor en 1794, él y su familia se trasladaron a Cádiz, donde inicia estudios eclesiásticos que abandona poco después para dedicarse a la carrera de las armas.
Además de su distinguida carrera como político, Gorostiza realizó una importante labor de dramaturgo, considerado uno de los maestros de la escuela neoclásica hispana, a la manera del dramaturgo francés Moliere, uno de los más grandes comediógrafos de la literatura occidental.

Escribió comedias de costumbres que se proponen divertir, enseñando que lo colocan al lado de Leandro Fernández de Moratín y de Bretón de los Herreros en el cultivo de la comedia neoclásica.
Fungió como capitán de granaderos en la Guerra de la Independencia. En 1814 alcanza el grado de coronel, pero poco después recibe un bayonetazo que le deja encorvada la espalda.
En 1823 se exilió a Londres, donde se relacionó con intelectuales de gran renombre. Desde 1824 cultivó la amistad de don José Mariano de Michelena, que era entonces ministro plenipotenciario de México ante Su Majestad Británica.
Inmediatamente comenzó su carrera diplomática con una misión en Holanda y, más tarde, en 1825, se le nombró cónsul general en ese país; introduce la litografía en México al enviar allí al impresor y carbonario Claudio Linati.
A partir de 1826 fue encargado de negocios de México ante el gobierno holandés y otros más ante Su Majestad británica; además de recibir la encomienda de diferentes cargos y tratados en países como Alemania y Francia, en cuyas actividades transcurrieron 30 años.
El 30 de agosto de 1847, luego de la derrota es hecho prisionero. En sus últimos años se mantiene con su trabajo como impresor, pero lleno de deudas, muere de un ataque cerebral en Tacubaya el 23 de octubre de 1851, al parecer del disgusto que le dieron unos acreedores.
Entre sus obras destacan "Indulgencia para todos" (1816), "Las costumbres de antaño" (1819), refundida después como "La pesadilla" (1833), "Tal para cual o las mujeres y los hombres" (1819) y "Don Dieguito" (1820), en la que ridiculiza la figura del petimetre.
Además de "Contigo pan y cebolla" (1833), parodia burlesca del Romanticismo que es tal vez su obra maestra, "Don Bonifacio" (1835) y "El jugador" (1820), adaptada de Regnard. "Poseía vis cómica" y una elegante prosa, entre muchas otras.

LA SUBJETIVIDAD DEL ROMANTICISMO




Los románticos convirtieron al sujeto individual en el punto de vista desde el que había de considerarse el mundo, por lo que tuvo este movimiento un carácter profundamente introspectivo. De modo que el verdadero tema de la literatura o el arte romántico no suele ser el tema externo, sino la vida psicológica íntima. El espacio psíquico se hace cada vez más profundo y abismal. 



Una consecuencia de su postura determinadamente individualista fue que el universo podía reflejarse dentro de un sujeto individual. El poeta romántico define, crea y transforma en sus textos la realidad y da vida al yo definidor y creativo. El centro dominante y volitivo de la conciencia que rehace la existencia en los textos románticos es la "imagen del deseo" proyectada por el poema. 



El Yo representado por el texto romántico es, por tanto, inevitablemente, el sujeto autor en el proceso de construirse a sí mismo: el esfuerzo de sobrepasar la conciencia de sí alienante mediante los poderes de la imaginación, es decir, el poder mental de introspección y reconstrucción del mundo externo. 

Así, pues, el texto romántico anima al lector a confundir al verdadero escritor-persona con el sujeto narrador o el sujeto de la acción creado por el texto. 

Pero la obra romántica podía leerse también como imagen del deseo colectivo, de una subjetividad generalizada y no sólo como auto-representación de un individuo. Esa relativa apertura de la obra desaparece en los sucesores del romanticismo de finales del siglo XIX.


A continuación te dejo un link para conocer un poco más acerca de esta fascinante corriente.



LIT. MEXICANA: MANUEL PAYNO


MANUEL PAYNO
(México, 1810 - San Ángel, Distrito Federal, 1894)
Escritor mexicano a quien se considera uno de los iniciadores de la novela costumbrista. Terminados sus estudios, Manuel Payno trabajó como meritorio en la aduana de su ciudad natal. Después pasó al Ministerio de Guerra con el grado de teniente coronel como jefe de sección. En 1842 se le nombró secretario de la Delegación Mexicana en Sudamérica e hizo su primer viaje a Francia e Inglaterra. Más tarde, el presidente Antonio López de Santa Anna lo envió a Nueva York y Filadelfia para estudiar el sistema penitenciario.

En 1847 combatió contra los norteamericanos y estableció el servicio secreto de correos entre México y Veracruz. Durante la administración de José Joaquín de Herrera se desempeñó como ministro de Hacienda (1850-1851) y durante el gobierno de Ignacio Comonfort fue secretario de esa misma cartera. Payno contribuyó al golpe de Estado de 1857, por lo que se le procesó y apartó de la política. Restaurada la República, fue elegido diputado varias veces. En 1882, con el gobierno de Manuel González, fue enviado a París; en 1886 fue nombrado cónsul de Santander y después cónsul general de España. Tras su regreso a México en 1892 ejerció brevemente como senador.

 APORTACION A LA LITERATURA
Aunque cultivó la poesía en su juventud y escribió para el teatro, la mayor aportación literaria de Manuel Payno está en el campo de la novela. Siguiendo los pasos de José Joaquín Fernández de Lizardi, cultivó la narrativa costumbrista, pero, a diferencia de aquél, no lo movió una intención moralizante; su literatura manifiesta más bien un deseo de entretener. Es, en este sentido, un autor folletinesco; sus libros están llenos de peripecias y lances increíbles, e incluso en algunos introdujo elementos fantásticos.
Con la novela folletinesca El fistol del diablo (1845-1846) inició en México la modalidad de la edición por entregas, e inauguró el cultivo de la novela romántica, a la que aproximó al realismo. Los bandidos de Río Frío más parecen, pasado el tiempo, un guion de cine del género western que una obra de arte; se le reconoce, sin embargo, haber utilizado hábilmente este estilo folletinesco para trazar ese gran cuadro épico del inicio de la vida independiente del país.
“LOS BANDIDOS DE RÍO FRÍO” (fragmento)
"Los valentones de Tepetlaxtoc no quedaron muy contentos de la conducta de Evaristo en el ataque que sufrieron por las fuerzas del coronel Baninelli. Decían en la pulquería del pueblo que era una gallina, un collón, un sinvergüenza, que se había huido en cuanto vio las capas amarillas, que si él como capitán que era de la cuadrilla, se hubiese puesto a la cabeza de ellos, se habrían zumbado redonda a la caballería de línea y hasta cogido preso al coronel.  
De los indios enmascarados decían blasfemia y media.      
Evaristo, añadían, no se había portado bien dejando abandonadas a esa gente para que se las comieran los zopilotes: repetían que a lo mejor se había rajado, y se proponían, cuando viniese Evaristo al pueblo, convidarlo a tomar pulque y buscarle camorra, provocarlo y pelearse con él para saber, si cara a cara y hombre a hombre, era capaz de sostenerse y si no se iría para atrás como un gallina.         
Evaristo, no obstante esta mala disposición de la gente de Tepetlaxtoc, se presentó en el pueblo y les dijo:         
-Ya saben que soy Capitán de rurales, pero quiero que seamos amigos y compas hasta la pared de enfrente; con que vénganse conmigo con sus armas y caballo, ya nos dará el gobierno nuestro sueldo y veremos después cómo arreglamos nuestro modo de vivir. Conque ¿qué tienen que contestar?    
-Pues compas y nada más -respondieron los valentones y se estrecharon y sacudieron las manos sucias y callosas.   
Y la compañía de brutales para custodiar el camino de Veracruz quedó formada.        
Evaristo tuvo la audacia de ir a México, y con el nombramiento provisional de Baninelli y las instrucciones que le había dado se presentó a la comandancia, y en menos de una semana arregló cuanto era necesario y volvió con su despacho de capitán y la orden para que le abonaran las aduanas de Texcoco y Chalco haberes para veinticinco hombres a un peso diario cada uno.          
Con todo y esto, los vecinos honrados de Texcoco, de Chalco y de Tepetlaxtoc, y aun el mismo administrador de la Blanca, que lo había recomendado, fueron atando cabos y casi no tuvieron duda de que Evaristo no era extraño a los acontecimientos de Río Frío."

OTROS DATOS IMPORTANTES
Otros títulos de su producción son la novela El hombre de la situación (1861), ambientada en época colonial, y Tardes nubladas (1871), colección de narraciones cortas. Payno fue también un impulsor del periodismo y colaboró activamente en El museo mexicano, para el que escribió los cuentos y narraciones de viajes reunidos en Tardes nubladas. También escribió en el ateneo mexicano

LIT. MEXICANA: LUIS G. INCLÁN


LUIS G. INCLÁN

(Ciudad de México, 1816-1875)
Conocido principalmente por ser el autor del libro de largo título y subtítulo Astucia, El jefe de los hermanos de la hoja o Los charros contrabandistas de la rama. Novela histórica de costumbres mexicanas con episodios originales, Inclán fue un escritor de múltiples talentos. No sólo está considerado como el autor más representativo de la literatura de charrería, el creador de una de las mejores novelas de aventuras que se han publicado en español, hombre muy versado en los asuntos del campo y aceptable poeta, también fue uno de los editores más importantes del México del siglo XIX.
Propietario de una imprenta, Inclán se encargó de la séptima edición de El Periquillo Sarniento de José Joaquín Fernández de Lizardi, publicó El jarabe, de Niceto Zamacois, en 1860 y el Diario de un testigo de la Guerra de África, de Pedro Antonio de Alarcón. Y por si no fuera suficiente dio a conocer otras obras suyas, como Reglas con que un colegial puede colear y lazar y Recuerdos de Chamberín, un homenaje a la memoria de su caballo.
Con el Segundo Imperio las cosas cambiaron y le fue mucho mejor: en 1865 bajo la anuencia burocrática del Ministro de Gobernación de Su Majestad el emperador Maximiliano se publicó el primer tomo de Astucia. Y el éxito fue tan grande que un año después sacó a la luz el segundo volumen, ambos tomos ilustrados con litografías e impresos del mismo taller de Inclán. Considerada por los conocedores como una de las obras cumbres de las letras mexicanas, Astucia consagró para la posteridad las aventuras de Lencho y su banda: Pepe El Diablo, El Tapatío, Tacho Reniego, Chepe Botas y El Charro Acambareño; que, a su vez, narraron las costumbres de los charros y las noticias del México de aquellos tiempos.
Luis Gonzaga Inclán falleció en la Ciudad de México en 1875, dejando sin publicar las siguientes obras: “Los tres Pepes”, “Pepita la planchadora”, “Don Pascasio Romero” y “Regalo delicioso para el que fuere asqueroso”, textos que, según su biógrafo Núñez y Domínguez, se perdieron en un incendio en su imprenta.

“ASTUCIA”
(Fragmento)
"El baile duró hasta después de las doce, los vecinos principales de la villa, se empeñaron en prolongar la fiesta, disponiendo escotarse los gastos, y hacer al otro día que era sábado, pelea de gallos en la mañana, otra corrida en la tarde con distinto ganado, y en la noche una función de circo y maroma en la misma plaza para que todo el público disfrutara, aprovechando la casualidad de estar allí unos cirqueros que por una corta cantidad, desde luego admitieron. También por su parte los Hermanos quisieron hacer algo por sí solos, y se arregló que el domingo se repitieran la pelea de gallos, la corrida de toros comenzara más temprano amenizándola con jaripeo, figurones en burros, y un toro mocho para el soberano pueblo; de allí seguiría una sencilla merienda, o propiamente refresco, y después una comedia que escogieron del repertorio de los cirqueros que llevaban lo necesario para su desempeño, y fueron profusamente gratificados, estando la puerta franca para todos los espectadores que no tuvieron más que mandar sus sillas, los que las tenían, algunos sentarse en el suelo, y otros parados divertirse grandemente; en los dos días más de toros, tampoco hubo..”


LIT. MEXICANA: MANUEL ACUÑA

MANUEL ACUÑA
(Saltillo, 1849 - México, 1873)

Manuel Acuña nació en Saltillo, capital del Estado de Coahuila, el 26 o el 27 de agosto de 1849, pues las fuentes difieren a veces en lo referente a la fecha exacta de su nacimiento, y recibió la primera educación en el Colegio Josefino de su ciudad natal. Adolescente todavía, apenas cumplidos los dieciséis años se traslada a la capital de la República con la inicial intención de cursar estudios de latinidad, matemáticas, francés y filosofía, para acabar luego inscribiéndose en la Escuela de Medicina, cuyos cursos siguió a partir de 1868.
La incipiente afición a las letras se impondrá muy pronto en el espíritu del joven aspirante a médico que, ya en 1869, dispuesto a redimir a la humanidad por medio de la enseñanza, las artes y las ciencias, se lanza a lo que va a ser una prolongada y fecunda serie de colaboraciones en distintos diarios y revistas mexicanos. Manuel Acuña comienza así a colaborar en las páginas de numerosas publicaciones periódicas, como El Renacimiento (1869), El Libre Pensador (1870), El Federalista (1871), El Domingo (1871-1873), El Búcaro (1872) y El Eco de Ambos Mundos (1872-1873).
Influido a veces, como en Hojas secas, por el tardío romanticismo español de Gustavo Adolfo Bécquer y transido otras (en Ante un cadáver, por ejemplo) de un materialismo que cuestiona la propia existencia de Dios y se pregunta por el origen y el destino del hombre, por el sentido de su vida en la Tierra, por las razones del amor y el desamor, por la causa final de la injusticia, Acuña va adoptando un tono de encendida protesta existencial y revolucionaria, que no se ve mitigada por la fe religiosa o por el conformismo que debiera ser fruto natural de una cierta madurez, pero que asume en sus poemas humorísticos descarnados acentos de burla.
Violentamente romántico, este drama plantea la redención de una joven prostituta gracias al amor y, en sus páginas, pueden ya rastrearse todas las características de la personalidad humana y literaria del joven poeta; una personalidad balbuciente todavía y que, desgraciadamente y por su propia voluntad, no tendrá tiempo para llegar a sazón.
Su apasionado y no correspondido amor por Rosario de la Peña, a la que elige como inspiradora de todos sus escritos y el objeto de todos sus sueños, le dicta el poema Nocturno a Rosario, la más popular y conocida de sus obras. Pero el sufrimiento moral puede llegar a ser insoportable, el amor desgraciado no engendra tan sólo obras dramáticas o inflamadas creaciones literarias y, por lo demás, como nuestro infeliz enamorado sabe muy bien, los héroes románticos suelen morir jóvenes; ahí están para demostrarlo las tumultuosas vidas de Lord Byron y Percy Bysshe Shelley, ahí está también Mariano José de Larra llamándole desde el otro lado del Atlántico.
El 6 de diciembre de 1873 decide truncar las esperanzas que en él se habían depositado y cierra, con el suicidio, el curso de su existencia. Tendrán que pasar todavía muchos años para que los escasos poemas de Acuña abandonen las fugaces páginas amarillentas de los periódicos o revistas de la época y venzan por fin, ordenados en un volumen coherente, el silencioso olvido de las hemerotecas.

APORTACIÓN A LA LITERATURA
Impulsivo, con destellos de genio, la vida y la obra de Manuel Acuña se truncaron sin llegar a cuajar: becqueriano en Hojas secas y materialista en Ante un cadáver, llega a la ingenuidad romántica en su Nocturno, que es el poema que le ha valido más notoriedad. Acuña es realmente un romántico de primera época, con su significación de protesta revolucionaria sin compensaciones, sin el consuelo de la fe y sin la resignación que la madurez suele proporcionar o propiciar.
Entre los primeros, es uno de los mejores Resignación, motivado por su ruptura con Laura Méndez, al que siguen en mérito los tercetos A Laura y el Nocturno. De los patrióticos, son dignos de mención El Giro, Hidalgo, 15 de septiembre y Cinco de Mayo; de los humorísticos, La vida del campo y A la luna, y de los descriptivos, el rotulado San Lorenzo.

EL BARROCO


BARROCO



La palabra barroco parece  venir del vocablo “barrueco”, con que son designadas en español y en portugués las perlas irregulares, belleza comprimida a punto de romper sus barreras.

Nace a finales del siglo XVII e inicios del XVIII.

Las representaciones arquitectónicas muestran un acabado perfecto, dinamismo, líneas arquitectónicas quebradas, arcos incompletos y esbozos ornamentales que se esfuman.

Sólo entendiendo bien el barroco, se comprende su exquisito trabajo de las formas y los detalles; su amor a lo divino, su admiración ante Dios; y juntamente su amar a la tierra, al hombre, a las cosas, su deseo de exaltarlos y darles una versión artística, brillante, haciéndolo trascender sobre el tiempo y el espacio.

El BARROCO en la literatura significa obscuridad y primor difícil. El lenguaje se vuelve enteramente figurativo. La literatura, librándose de lo útil o racional se constituye en un arte de la palabra, se usa la hipérbole y el superlativo.



Nacen dos corrientes literarias: conceptismo ( representado por Francisco de Quevedo) y culteranismo (representado por Luis de Góngora).

Características 

Conceptismo: 
Presentaban un tema o idea de forma exageradamente confusa.

Culteranismo: 
Excesivo adorno del lenguaje.
Uso de  metáforas brillantes
Abundancia de epítetos .-adjetivación innecesaria.
Hipérbaton. .-alteración de la sintaxis.
Interpolación .- intercalar asuntos o frases ajenas de otro texto.
Alusiones mitológicas.
Neologismos.- palabras nuevas.
Antítesis.- contraponer una idea con otra.
Perífrasis o circunloquio.- Darle muchas vueltas al asunto
Rasgos sombríos.                             







A continuación te dejo un link, para conocer más a fondo a Francisco de Quevedo, Luis de Góngora y las diferencias entre ambos.


Una voz


Voy en el cielo dibujando arcoíris con los ojos, desde lejos los veo y poco a poco sigo sus trayectorias, casi siempre circulares. Diciembre es la época más colorida de todo el año, las luces deslumbran los ojos de los contempladores, por las noches un desfile de colores sale a relucir, invaden los lugares: rosa, verde, blanco, amarillo, roja, azul que resaltan con la obscura noche. Estas luces son de todos los tamaños, tan pequeñas como el pulgar de un bebé hasta llegar a focos que abarcan la mano adulta.
     Risas y carcajadas se congelan durante este mes, también forman parte de la sonoridad de los días, las horas, los minutos y segundos. Los dulces y el ponche calientico, claro está con piquete para los señores y ponche tibiecito para los chamacos, esto envuelve el respirar, por algún efímero momento parece que el tiempo se detiene y nos deja respirar, abrazar a los que se ausentan y sentarse a cenar . Después regresan a la esclavitud del tiempo y vuelven al ciclo vital, pasan: los días, meses, años y la vida entera.
        Todo se consume, cambia en el devenir del tiempo, mientras yo sigo mi camino, elevándome por los cielos sin detenerme, sin la mínima esperanza de sentar cabeza como dicen las abuelas. Aun mejor tengo una misión que cumplir; recorrer el mundo entero sin detenerme y es que cuando uno está tanto tiempo en la tierra le cuesta imaginarse lo infinito- ¡lo sé!

       Estaba anclado al meñique de un niño, me llenaron con elio, él fue un buen amigo y el más tierno compañero, también me dio la tarea de ver lo que él no podía ver sus ojos, así que me eleve por  aires sofocados hasta de conseguir la libertad, todo para conocer nuevos caminos. Ahora viajo por los cielos tratando de ver lo que nadie puede, ver lo que nadie ha descubierto jamás. 

       


LITERATURA MEXICANA


JUAN DE DIOS PEZA




Nace en 1852 en la ciudad de México Juan de Dios Peza,
quien es bendecido con una preclara inteligencia, a la vez que
con un medio ambiente propicio para desarrollar todos sus
talentos, pues al ingresar en 1869 a la Escuela Nacional
Preparatoria inmediatamente se convierte en el alumno
predilecto de un gran pensador Mexicano; Ignacio Ramírez,
"El Nigromante" Al egresar de ese centro de estudios
ingresa a la Escuela de Medicina donde establece gran
amistad con otro grande de aquel tiempo; Manuel Acuña.
Quien lo llega a estimar al grado de llamarlo "hermano".
    Peza, fue un hombre liberal, el liberalismo estaba
en boga en aquella época, su entusiasmo y apasionamiento
por dicho movimiento lo llevo a renunciar a sus estudios
para entregarse de lleno al periodismo.
    En 1878 es nombrado secretario de la legación de México
en España, al lado de Riva Palacio. Y de nuevo su destino
lo lleva a unirse a otras grandes luminarias de aquella época
pues en Madrid se rodea y sociabiliza con personajes como
el político Castelar, y escritores como Núñez de Arce, Campoamor
y Selgas.
    Al regresar a México empieza a poner su candidatura
para lograr puestos públicos y es electo diputado al Congreso
de la Unión. Siguieron otros cargos públicos en lo sucesivo,
pero sin abandonar las letras, como poeta tiene un estilo único,
es realista a la vez que lleno de infinita ternura. Canta al
hogar y a sus hijos. Entre los libros que publico están:
Hogar y Patria, La Lira de la Patria, El Arpa del Amor, Recuerdos
y Esperanzas, Flores del Alma y Vinos Festivos. Muere en 1910
Año en el cual el país estaba a punto de entrar en otra gran conflagración.

Más datos
Juan de Dios Peza nació en una familia conservadora (su
padre fue ministro durante la intervención) pero como discípulo
de Ramírez y Altamirano figuró entre los jóvenes poetas
liberales. A la vez Hispanófilo y nacionalista,
Se empeñó en versificar castizamente y en hacer poemas con
motivos y escenarios locales. Diplomático, dio a conocer en
Madrid a los poetas de este país (La lira mexicana, antología)
Y escribió para nosotros sus Recuerdos de España. Periodista
de prosa suelta y clara que todavía es francamente legible (De
la gaveta íntima, Benito Juárez), comediógrafo y fundador de la
primera sociedad de autores mexicanos, fue sobre todo poeta
muy admirado en los países de lengua española y traducido
inclusive al japonés. Su esposa lo abandonó y esta tragedia
convirtió a Peza en el "cantor del hogar". En vida fue
castigado por su inmensa popularidad, aunque el célebre
ataque de Brummel en Poetas mexicanos contemporáneos
(1884). Las ediciones modernas de sus obras que ha hecho
Porfirio Martínez Peñaloza nos permiten revisar las ideas
turinarias. A menudo se encuentran en Peza poemas
admirables, como "En las ruinas de Mitla", y siempre una
facilidad y abundancia en la versificación que, si lo ponen a
distancia de lo que por ahora consideramos poesía, también lo
hacen digno del respeto que Le Corbussier reclamaba para todo
trabajo bien hecho. Históricamente la importancia de Peza es
crucial: su empleo del habla cotidiana, su prosaísmo,
Limpió la lengua poética del peso muerto que arrastraba
nuestro romanticismo y preparó, sin saberlo y tal vez sin
quererlo, el advenimiento de los modernistas.


Síntesis


El romanticismo en Edgar Allan Poe
La máxima gloria que en nuestra sociedad del espectáculo pueda otorgarle a un creador conduce a la Exacerbación de la paradoja, a saber, que alguno de sus personajes, alguna frase, una melodía u obra plática-rozando a penas el lodazal del suelo de las distintas épocas- a que un legado suyo, en definitiva llegue a ser de tal modo apropiado por el público (o a veces transformados por la lógica del mercado: que llegue a ser presentado y manipulado de modo que le resulte apropiado al público), hasta tal punto incorporado, después de dar mil vueltas, en el cotidiano decir y sentir de la gente, que el nombre propio del autor sea: A) sepultado en el olvido, por difusión de la obra en la opinión común b) Desconectado de creación (Félix Duque).
      Ahora es mi responsabilidad pese a los riesgos descritos anteriormente, exhibir la conexión tanto de la obra como la suscripción del autor a la corriente literaria que emergió a finales del siglo XVIIII. En el canon clásico la estética se cimienta en la perfección producto de las bellas formas, el romanticismo fisura un poco este canon y explora una estética de lo ominoso, es decir de lo funesto, lo indeseable.
        Nuestro autor se sumerge en las aguas profundas de este ideal estético, pues al igual que el canon clásico lo que se espera es producir en el lector o apreciador del arte sensaciones y emociones fuera de lo cotidiano, sin embargo las experiencias del ser al plano de las sensaciones primigenias del ser humanos, las emociones reprimidas por la moral en turno. Uno de los puntos es del romanticismo es precisamente el deseo de libertad, el deseo de infringir las convenciones y leyes exteriores, nuestro autor lo hace en dos planos; a) En el exterior al fracturar el canon clásico y explorar en lo escondido por la sociedad como lo es la maldad, el odio, etc. b) A nivel textual al infringir las reglas los personajes más allá del deber ser, en busca de una libertad totalizadora.
      Poe hace resurgir el instinto y la emoción de cada uno de los hombres mediante sus personajes y pone en total vivacidad la insignia del romanticismo “tempestad y asalto” llevar la emoción hasta sus últimas consecuencias, sin olvidar la actitud egocéntrica pues el “yo” se vuelve el centro de cada uno de los relatos. 
        Para finalizar parece que   el discurso nos ofrece capacidad de análisis, de expresión. La apropiación de un lenguaje es también la apropiación del mundo, es nuestra arma en contra de la manipulación y la base de la autonomía del individuo ante su sistema dominante como lo es ahora el capitalismo y es también el arma con la cual los sujetos pueden ponerse de pie y exigir que el sistema sea resultado cada vez más de voluntades individuales y no de la fuerza que amansen para hacer de la sociedad muchedumbre.

Resumen de algunos de los cuentos…
El gato negro
Narra una serie de simples  acontecimientos domésticos que causan terror por sus consecuencias. La docilidad y humanidad del personaje principal lo sorprendían desde la infancia, lo que llamaríamos hoy en día una buena persona o un buen samaritano que se preocupa por su alteridad, por los animales, su corazón guardaba una inmensa ternura. El personaje principal se casó joven, en su esposa encontró una disposición semejante a la suya, tuvieron animales de diferentes especies, en especial y es lo que llama la atención un hermoso y sagaz gato  negro, en el fondo la esposa del personaje principal tenia supersticiones en torno a dicho animal.  Plutón es el nombre del gato era el amigo predilecto, sin embargo el carácter del personaje principal sufrió algunos cambios y se mostraba funesto, iracundo e irritable y cada día mas indiferente al sufrimiento ajeno totalmente contrario a su persona.  Inclusive con su mujer llego a violentarla no solo verbal sino físicamente, Plutón se dio cuenta del terrible cambio en el carácter pero aun sentía la consideración suficiente para no pegarle, no sucedía lo mismo con los otros animales que poseía, pero si crecía su amistad con el alcohol. Incluso alguna vez parecía que el gato evitaba la presencia de nuestro personaje que se encontraba completamente ebrio, el gato horrorizado le mordió levemente la mano para lograr escapar de las manos del personaje principal, en nuestro personaje se apodero un furor demoniaco al grado de desconocerse  y una ruindad súper demoniaca saturada de ginebra tomara su lugar, saco un corta plumas de su chaleco y de forma violenta le saco un ojo. Al amanecer volvió la conciencia a su cuerpo, el horror no se hizo esperar ante la abominable atrocidad que había cometido  a un ser que lo había amado tanto pero ahora le huía, pero nuevamente se sumía en los excesos y un espíritu de perversidad  se apoderaba de su ser, nuestro personaje atormentaba al inofensivo animal, lo ahorco parece que en su corazón aun aguardaba un poco de remordimiento comprometiendo su alma. La noche siguiente un grito lo despertó su casa se prendió en llamas; él, su esposa y un criado lograron escapar quedo en la ruina entregándose por completo a la desesperación, no estableció relación alguna entre el asesinato a Plutón y el terrible incendio sin embargo ocurrieron una serie de hechos en cadena que jugaban con su conciencia y el sentido de lo extra-normal que lo llevaban a satisfacer su razón de múltiples maneras.
Atormentado por aquel acto despiadado hacia un ser que lo había amado tanto, adopto un nuevo gato negro que le recordaba a Plutón, pero este tenía una pequeña diferencia una mancha blanca en el pecho que desde a la razón de aquel hombre protagónico no tenía ninguna forma pero poco  a poco toma la forma de la horca, el cariño del gato crecía al igual que el odio de aquel hombre, solo le inspiraba horror y pánico, y parecía que a su mujer le agradaba sinceramente. La mujer se comportaba como la más fiel, siempre tratando de comprender, un día lo acompaño al sótano de un viejo edificio estando dentro tomo un hacha decidido a golpear al animal pero el brazo de su mujer lo detuvo, entonces el furor le invadió el cuerpo, nuevamente se olvidó de sí mismo, de la conciencia de disolvió en miles de sentimientos de odio, una rabia diabólica incontrolable.
Corazón delator
Aparece un sujeto como personaje principal, era sumamente nervioso, la enfermedad agudizaba sus sentidos, era poco tolerable. Una idea desesperada se metió en su cabeza, pensaba en ella de día y de noche, a cualquier hora del día se presentaba atormentándolo en la posibilidad de realización. Lo que lo molestaba era uno de sus ojos de ahí deriva el nerviosismo, uno de sus ojos era lo que disparaba esa idea pues se asemejaba a un buitre, aclaraba que no estaba loco, de estarlo no razonaría, una sutil pero definitiva afirmación, lo quería asesinar, no desistiría en la idea hasta consumarla.
        Nunca había sido tan amable con aquel viejo sino hasta la semana previa al asesinato ¿Cómo ocurrió? Aclaraba que no era producto de la locura, pues la prudencia con la que actuó iba mucho más allá. Vigilo sigilosamente al viejo durante más de ocho noches, apenas y podía reprimir la emoción de su triunfo, el viejo no podía ni siquiera soñar lo que planeaba. A las doce cuando todo el mudo dormía el entraba  poco a poco a la casa del viejo, hasta que al fin sucedió sus sentidos se agudizaron, el corazón del anciano latía con mayor violencia, cada vez más precipitadamente y con mayor ruido, el terror del anciano fue indecible, al fin ceso el corazón del viejo, su ojo de buitre se apagó. Tomo las precauciones necesarias para guardar el cadáver, fue un acto perfecto, arranco tres tablas del suelo y deposito los restos mutilados fue un acto de habilidad y destreza.
   Un vecino escucho un grito, los oficiales no se hicieron esperar, eran tres, nuestro personaje sonrió porque no tenía nada que temer, se quedaron satisfechos con los modales de nuestro honorable señor, sin embargo el latido del corazón del viejo lo delato.
Manuscrito hallado en una botella.
Nuestro personaje principal tiene poco que decir de su país y familia, el mal trato y el paso del tiempo lo han alejado de uno y lo distanciaron del segundo. Heredo riqueza y eso le confinado una educación poco común. La historia inicia cuando se embarca en la aventura  desde el puerto Batavia en la populosa isla de Java, hacia el archipiélago de las islas de sonda. Viajaba como pasajero sin más que un profundo nerviosismo que lo aquejaba como una fiera.  Era un precioso barco de unas cuatrocientas toneladas, con remaches de cobre, según los informes había sido construida en Bombay con teca de Malabar, llevaba carga de algodón y aceite de las islas Laquevidas.
        Comenzaron el viaje con poco viento y durante varios días se mantuvieron cerca de la isla, pero poco a poco se alejaron, en el noroeste una particular nube gris, asilada del resto, nuestro viajero intento advertir al capitán de las particularidades de la tormenta que se avecinaba, pero no lo escucho. El barco pronto se inundó, parecía que todos habían muerto a excepción del viajero y de un viejo, sin embargo no logro salvarse, al poco tiempo subió a bordo de otro barco salvándole la vida, pero parecía que nadie lo escuchaba. El barco se encontraba en una corriente; así se le puede llamar   a una manera que aullando y chillando entre paredes de hielo se precipita hacia el sur con la velocidad con que una catarata. La desesperación ante la muerte no se hizo esperar.