De
los chaneques se dicen muchas cosas, la primordial es que son seres traviesos
que se divierten y les gusta jugar enormemente con la cordura de las personas.
Su imagen en un mito, lo más dicho es su diminuto tamaño, su vestimenta que
consiste en un sombrero y zapatos
picudos que distrae la mirada.
Ezio
Cusi el hijo del dueño de la hacienda Lombardia ahora Gabriel Zamora escribía sobre
estos traviesos personajes, al parecer por las noches cuando todo parecía
tranquilo empezaban a aventar piedras sobre el techo de las primeras casas de
la hacienda que aún permanecían en lugares alejados y desérticos, él no lo creía nada de lo contado
por los trabajadores, así que decidió dormir en una de estas casas para
desmentirlos pero pronto escucho como llovía meteoritos, se asomó por la
ventana sin obtener ninguna explicación lógica o razonable, así que acepto que lo diminutos personajes le aventaban
piedritas. Ahora se cuenta que en los trabajos del campo cuando dos o tres
personas están regando los sembradíos por las noches sienten como de la nada piedras
en el viento los golpean.
Por otro lado las personas que viven
cerca de un cerro y tienen niños
pequeños, los chaneques se los llevan a jugar al monte y poco a poco los
convierten en uno de ellos.
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