Wilhelm Dilthey “El mundo histórico”
Con un lenguaje un tanto
metafórico describe la historia como el sumergimiento aun mar infinito,
desapareciendo las relaciones biográficas y autobiográficas, que se asumen como
la existencia individual, que se encuentran determinadas por el exterior (la cultura).
Cuando Dilthey dice esto se refiere, a la desaparición del individuo en tanto
es parte de un todo, el mar infinito es
el todo, nos lleva a los recursos que nos presentan la vivencia, este mar
contempla en sí, la reflexión sobre la vida y las vivencias que se toman como
medio de orientación.
"La libertad" -E. Delacroix |
La reflexión sobre la vida nos hace
profundo, pero es la historia como tal la que nos hace libres porque nos eleva
sobre la condición del curso de la vida. La captabilidad de la historia se hace
visible el curso temporal de la vida en sí, que es infinitamente fragmentable.
Cuando se comprende la historia se da la
categoría del todo, donde el curso del tiempo y de la vida es la relación de las partes con el todo, en
base a esta relación se encuentran confinadas diversas categorías. El ser es el
que se encuentra inmerso en el cambio y el desarrollo, sin embargo el hombre
individual no da muestra del progreso. Por lo tanto la historia se podría
definir como un cumulo de conexiones del todo con sus partes que reflejan en
conjunto el progreso de la humanidad, este es el sujeto histórico para nuestro
autor, el todo entendido como humanidad que da una visión panorámica.
La conexión es estructura así se puede
explicar el ser y el desarrollo, las relaciones de las categorías entre sí,
constituyen la conexión mediante la cual se llega a la existencia individual.
Las formaciones históricas empíricas llevan una conexión y unidad.
La relación entre la vida y la historia
arroja el problema de la significación, porque todo es significativo pues nos
hace ver aquello que en un presente constituía la posibilidad de una vivencia,
las posibilidades infinitas e ilimitadas que nos ofrece el curso histórico.
Bajo el concepto de representar una época a través de ciertos hombres, se
mantiene una relación también con la gran masa sumergida en el recuerdo humano.
El punto de inicio es la vivencia, que se
trata de una conexión estructural, que es la conexión de vida. El fluir del
tiempo atraviesa toda realidad humana, este es el fluir del mundo histórico que
se puede contemplar.
De las vivencias surgen dos
grandes categorías históricas: de valor y fin. En la medida que la
historia presenta conexiones se emplea
el concepto de significado, por lo tanto el sujeto que vive y mira hacia atrás
atribuye un significado en el proceso de comprender y la conexión es la forma
de la categoría.
Los valores históricos se presentan como
personas y utilitarios que constituyen el material del mundo histórico. Estos
sujetos forman vida e historia con sus fines y significados, son fuerzas
actuantes y consientes, formadoras de fines.
La vida es la diversidad, la multitud, la
interacción de los seres vivientes, sin embargo esta multiplicidad es la
materia de la historia que termina siendo unidad. La historia es igual a la
vida, pues en todo punto hay vida, la historia es esta composición de las
diferentes vidas en relaciones variadas,
desde el punto de vista del todo que es la humanidad, que forma conexión.
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