La
pregunta fundamental ¿Qué es un significado de un significante? Que equivale a preguntarse por el contenido
de una función semiótica. El significado aparece como una unidad semántica en
un espacio preciso dentro de una de un sistema semántico. Pero se corre el
riesgo de confundir el significado del significante en este caso perro, es el
semema perro en oposición a otros. Eco regresa al principio de oposición y
posición propuesto por Jackson y Hallle
se preguntaban porque hay que considerar un fonema respecto a otro como: gato y
perro, pues la definición entraba en crisis para transformarse en rasgos
distintivos. Por lo tanto los mismos
hilos internos de rasgos elementales son los que regulan la diferencia entre
sememas, así se origina el significado pues el significante transmite una
posición en un campo semántico determinado. En lo que respecta al significante
se sucede lo contrario y se puede referir a dos posturas:
(i)
una red de posiciones dentro
del mismo campo semántico.
(ii)
Una red de posiciones dentro
de otros campos.
Dichas
posiciones del significante constituyen marcas semánticas del semema que se
dividen en dos: las DENOTATIVAS y las CONNOTATIVAS. Las primeras constituyen la
unidad cultural a la que corresponde el significante y forma la base de las
connotaciones, se puede definir como una de las posiciones dentro del campo
semántico con las que un código hace corresponder un significante, ahora bien
estas últimas corresponde la constitución de una o más unidades culturales
expresadas por la función semiótica y se pueden definir como una posición
dentro del campo semántico con la que el código hace corresponder un
significante con mediación de una denotativa con la que se establece una
correspondencia entre la unción semiótica y una nueva y una nueva entidad
semántica. Parece que la diferencia entre ambas marcas semánticas es la
denotación es la base de la connotación, sin embargo no quiere decir que las
primeras sean diferentes porque son estables, pueden ser efímeras como el
código que las establece.
Así como ejemplo tenemos el semema perro
que se opone a gato, entra en crisis para volverse a los rasgos distintivos de
perro en este caso, constituyendo su definición por oposición, su significante
en sus dos acepciones lleva a marcas semánticas, (i) Denota que es un mamífero
(ii) connota entidades semánticas como fidelidad o amistad.
Para Eco dicha distinción resulta
insatisfactoria desde la teoría de los códigos como de la teoría de producción de signos por la
ambigüedad que hay entre dichas marcas. Nuestro autor da una alternativa para
esclarecer las marcas semánticas que desde la teoría de los códigos resulta
insuficiente y pasa a la teoría de la producción de signos e introduce el
concepto de referente a las definiciones. Pero surge otro problema, la
definición las denotaciones de significantes que no tienen referente, así
nuestro autor dice que es preciso mantenernos alejados de mediaciones previas
en lo que se refiere a denotación, la vía de salida puede ser un principio de
redundancia, es denotativa la marca a la que el significante va referido sin
mediación precedente y que la segunda marca se vuelve necesaria dicha
mediación. La denotación (contenido de la expresión) y connotación (contenido
de la función semiótica) son entendidas como una propiedad semántica (no
objetos) y son categorías de una teoría de los códigos.
2.9.2 Denotación de nombres
propios y entidades puramente sintácticas
Nuestro
autor impugna la idea de que los nombres propios no contengan las marcas
semánticas (connotación, denotación), esto antes de proponer una teoría
componencial de los sememas.
Para una teoría de los códigos basta
que una expresión este en correlación con un contenido analizable en unidades
semánticas elementales para que exista la posibilidad de denotación y su consecuencia.
La solución a los nombres propios descansa en la aparición del concepto de
semema como enciclopedia, es decir, el semema asigna a una unidad cultural que
se ejemplifica en los personajes históricos, pero también el los datos del
INEGI, porque hace referencia a una unidad cultural situada en un campo
semántico preciso y compartido por las culturas. Tanto personajes históricos
como nombres propios pueden denotar muchos individuos, estamos simplemente en
casos de homonimia, Pues Juan pude ser x persona o un elefante. En el universo
de nombres propios abunda la homonimia
por ello las culturas cran reglas de redundancia y eligen nombres que
reducen el riesgo de similitudes., aun los sincategoremas están expuestos a la
homonimia con los distintos idiomas y una posible solución es el contexto y en
que se dicen y las cuestiones circunstanciales.
Por ultimo aborda los sistemas
semióticos puramente sintácticos donde la semántica parece ausente, el ejemplo
de Eco es la música que entra nuevamente en el juego de oposición pues se
reconoce una nota en oposición a otra. Eco afirma que la prueba de la
existencia del signo radica en que se le pueda asignar un contenido a la
expresión y no de que exista o no conformidad entre los dos rechazando la teoría
de Hjelsmlev aparentes sistemas monoplanarios, el ejemplo: es el ajedrez que
aunque el movimiento en este caso la reina negra y alfil blando denota para sí
mismo connota una serie de posibles movimientos lo que a convierte en
biplanaria, con lo que tenemos una
función semiótica. En ese mismo sentido la música se presenta como sistema
semiótico al denotar ondas sonoras abre la puerta a diferentes interpretantes,
quedando como una función biplanaria.
Eco,
Umberto. (2000). Tratado de semiótica general. [Manzano,C.Trad.], (5ª.
Ed.). Barcelona: Lumen.
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