Podría enamorarme de ti;
Cuando te pierdes en el viento,
y tu mirada es un recuerdo
que no me deja dormir.
Podría enamorarme de ti;
cuando permaneces callado,
cuando no estas a mi lado,
cuando cae la primavera
y tu ausencia sea una hoguera.
Podría enamorarme de ti;
cuando aparece un sentimiento de pérdida,
de esos que deja el invierno
y tu imagen en el recuerdo sea vivida,
entonces con una calidez de infierno
me haga sonreír.
Soledades
La pluma del escritor nos aísla en un mundo desconocido,
pasa cuando llegas a la playa: sientes la arena en los pies y poco a poco al
rose de la arena que se produce al caminar te vas adentrando al mar, primero
los dedos de los pies, después los tobillos, rodillas, hasta llegar a mar
abierto donde todo el cuerpo se funde en agua salada.
Entra por
la boca, por la boca, entre medio de los dedos de pies y manos. El interior
parte por parte se cubre de agua salada hasta cortar la respiración, ahí dentro
muere el “yo”, entregándonos por completo al océano, a través del rugido de las
olas grita encarecidamente a cada uno de esos seres que caminan sin
rumbo fijo, tambaleantes y medios sueltos para que se entreguen a él. Olvidamos
el “yo” ahora eres parte del mar de significados que te ofrece el escritor.
Desvelos
En
las noches lloro
pensando
en el vacío
que
no se puede llenar
la
duda deja escapar
todo
lo conocido
y
el vacilante olvido
nos
vuelve atrincherar.
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