La pregunta fundamental del texto
estriba en si podemos considerar a la semiótica una ciencia o una disciplina,
por ello el autor emprende una labor historiográfica. El título de ciencia goza
de un epíteto honorifico, sin embargo el autor emprende una labor de
desmitificación y deconstrucción
constante, por ello pone entre comillas la cientificidad e introduce el termino disciplina para hacer
referencia a dichos procesos.
Podríamos rastrear su origen en
Grecia clásica, pero es el periodo medial donde aparece de manera marcada, con
San Agustín forma una ciencia del signo como un género alto. Durante los siglos
XII y XV el cuerpo doctrinal se ocupa por clasificar y definir las partes de
los signos: la gramática, lógica, eran las disciplinas que se estudiaban y
entre estas se dibujaban esbozos de la semiótica. Aún permanecía sin explorar, se encontraban
rasgos de su existencia traslapada en las otras disciplinas.
En la modernidad hizo su aparición bajo
el signo del redescubrimiento y la divulgación
de los escritos escépticos que llevaron a una actitud crítica de las corrientes
del pensamiento pasadas como la escolástica o recientes como
el renacimiento. Se produjo la duda generalizada y condujo a la
desconfianza del lenguaje juzgándolo como
engañoso para el conocimiento, aparece el proyecto de Bacon que da lugar a los
sistemas semióticos para reivindicar las debilidades de la mente humana que los
anteriores lenguajes propiciaron, por ello en los siglos XVII y XVIII aparecen
sistemas semióticos artificiales, ejemplos: John Wilkins, Francis Lowick,
Leibniz que desarrollaron lenguajes filosóficos. Aunque la creación de lenguajes no fue el
único trabajo semiótico que apareció en la época, también se desarrollaron
códigos criptográficos y recursos nemotécnicos e intentos por descifrar
jeroglíficos, etc.
Leibniz concluyo que los signos no
son meras herramientas externas para expresar ideas, sino que son
indispensables para el proceso de pensamiento. Leibniz hasta cierto punto
sistematizo la semiótica al decir que los signos no son únicamente necesarios
para la comunicación sino también para el pensamiento mismo y particularmente
para as cuestiones abstractas y generales. Parece que a partir de Kant se
genera una discontinuación del interés de una semiótica filosófica que va a
partir del siglo XVIII al surgimiento de las teorías del lenguaje del siglo XIX.
Los criterios de la ciencia son
movibles a través de la época, los paradigmas se deterioran, tal es el
mencionado caso de la teoría de la esferas de Ptolomeo que fue sustituida por
el modelo Copernicano. Este cambio no se dio de la noche a la mañana fue un
largo proceso de adaptación a un nuevo orden del mundo, en estos dos periodos
históricos se da un claro ejemplo de variación en los criterios que sustentan a
la ciencia, por lo tanto aceptar que
historiográficamente exista una semiótica científica se vuelve inverosímil y
conflictuosa, en su lugar tenemos inquietudes o tendencias semióticas. La
cuestión del origen de la semiótica se divide en cuatro preguntas: (a) de
acuerdo con criterios del pasado ¿Cuándo llego a ser científica? (b) de acuerdo
con criterios actuales ¿Cuándo llego a ser científica? (c) de acuerdo con
criterios del pasado ¿Cuándo se constituyó como disciplina la semiótica? (d) de
acuerdo con criterios actuales ¿Cuándo se constituyó como disciplina la
semiótica? Las cuestiones de disciplinariedad y cientificidad no pueden
desligarse y aun las preguntas resultan insuficientes para determinar el
estatus de la semiótica.
Para la construcción de una disciplina, el
campo de estudio debe desarrollar una identidad propia, esto implica un proceso
de diferenciación y especialización, respecto de otras disciplinas. Así como
también un trabajo de unificación y homogenización del objeto de estudio que se
encontraba disperso en otras disciplinas. Mientras que la cientifización vista
como un proceso influyen varias cosas como: la organización del conocimiento,
una matriz disciplinaria específica, y
la concesión de estatutos que hacen referencia a la condición social, política,
economía que afectan de manera directa al proceso. Esencialmente la
institucionalización implica el
establecimiento de una estructura de autoridad legítima que se en geste el
interior de una ciencia, los criterios no solo varían de una época a otra sino
el concepto mismo de ciencia podemos tener criterios heterogéneos en un
determinado momento histórico y tal vez se requiera un modelo homogéneo de ciencia
para adaptar la semiótica. Según el texto cinco son los criterios actuales para
identificar una ciencia: 1) la tecnificación 2) la formalización 3) la
abstracción 4) solución de problemas 5) finalización, resultados. Pero basta
por poseer la mayoría para ser parte del nombre de ciencia.
El término de semiótica en la
actualidad se refiere a un campo de
actividad intelectual en pleno y acelerado desarrollo, aun si quisiéramos
empatar la semiótica con los criterios anteriores no constituiría una ciencia
finalizada porque no sigue un desarrollo teórico determinado esencialmente por
objetivos y demandas externas como el
desarrollo de aplicaciones. Entonces podemos decir que la semiótica no comparte las características de la ciencia
contemporánea. Aunque se podrían adoptar
otros criterios en lo anterior solo se contemplan las ciencias naturales no las
sociales o se podría exigir nuevos parámetros para catalogar a la semiótica.
Parece que la cuestión pierde sentido cuando la exigencia de nuevos criterios son
difíciles de establecer porque la semiótica como campo de actividad intelectual
aún no termina de edificarse, lo que tenemos son parámetros definidos a
voluntad, buscar el origen de una semiótica científica parece no tener
relevancia.
El surgimiento de la semiótica como
una actividad intelectual ha tenido un lugar en la historia del pensamiento sin
duda alguna, pero aparece subordinada a otras disciplinas o ciencias, tal vez
ahí radique la dificultad de poder definirla, la encontramos en casi todas las
áreas del saber, la semiótica tiene una carácter imperialista y quizás siguiendo
este carácter imperialista se pretenda tener la categoría de ciencia, pues la
ciencia goza de status y honores sáciales.
A través del tiempo encontramos a la
semiótica diluida en ámbitos disciplinarios y científicos. En la
actualidad no se puede escapar a la
especialización y encasillamiento, es decir, las ciencias ya sean naturales o
sociales o una disciplina. Aunque en periodos anteriores se establecían algunos
criterios para nombrar a un conocimiento como en este caso la semiótica, tanto
las disciplinas como la ciencia se encontrabas diluidas unas con otras.
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