Fascinación
por el origen de la invención
Todo lenguaje es un
alfabeto de símbolos cuyo ejercicio presupone un pasado que los
interlocutores comparten”
(Borges, el Aleph).
El lenguaje no solo es un sistema de
comunicación aunque con mayor evidencia, los hombres reciben y proporcionan
continuamente información.
El hombre es el poseedor de lenguaje,
característica fundamental que aun concibiéndolo como un animal no se le puede despojar, así lo plantea Herder, ahí
radica la diferencia primordial del humano. No excluye la idea que los animales
poseen un lenguaje instintivo, sin embargo esto no es lo relevante. Aun cuando
el ser humano queda sometido al instinto, todas las sensaciones intensas de su
cuerpo por ejemplo las dolorosas son traducidas instantáneamente en sonidos,
mientras que en este punto la semejanza con los animales es inevitable, está se
queda en instinto. Mientras para el ser humano esos sonidos salvajes e
inarticulados esbozan un lenguaje primitivo que despliega.
Aun sin quererlo o pretenderlo las sensaciones corpóreas como el
dolor, son exteriorizados en sonidos
altos como ley natural así es expresado por el autor del ensayo sobre el origen
del lenguaje. Resulta benéfico que el
ser humano no es el único, así aquellos sonidos van hilvanando una cadena
invisible de señales dando paso un
lenguaje sensitivo que constituye una ley natural inmediata.
Las interjecciones aunque se escriben
sobre el papel, son el espejo de esas primeras impresiones corpóreas. Dicho
sonidos no constituyen el elemento predominante en el lenguaje humano, pero
como lo escribe Herder “son la savia que lo vivifica”. De los sonidos que
expresan una sensación, poco a poco se vislumbra un alfabeto fonético y es por
eso que Herder no deja escapar esto, las lenguas antiguas atesoran un vínculo
innegable con su origen. En sus elegías suenan, como sobre las tumbas de los
primitivos, aquellos gritos y quejidos, interjecciones que sobreviven aún del
lenguaje natural (Herder). Todo versa en el origen del lenguaje que siguiendo a
nuestro autor surge de forma natural a través de sonidos en cadena en oposición
a la explicación del origen como acto divino.
Herder acepta que no puede atribuir nuevas
facultades repentinas al ser humanos y tampoco aptitudes ocultas creadoras de
lenguaje. Opta por analizar lagunas y deficiencias que puede tener el hombre
cuando se encuentra inmerso en la naturaleza; por ejemplo un recién
nacido, es un ser indefenso totalmente.
Por otro lado para los animales el medio natural aparece como una tierna y
amorosa madre porque ella les brinda instintos para asegurar la supervivencia,
mientras que para el hombre fue dotado de lenguaje, al tener los órganos para
ello de una forma natural. El lenguaje es un don natural para el ser humano y
necesario como lo es el instinto a los
animales. Entonces podemos decir que el ser humano no supera al animal en una
escala de más o menos sino de cualidad.
En este sentido Herder encuentra un
nuevo distintivo de la humanidad en lo genético, que hace necesario el
nacimiento del lenguaje como el instinto lo es para los animales y encuentra un
fundamento en lo genético. Aun cuando el
hombre también está dotado de sentidos, no cumplen una función específica, son
débiles e inferiores comparándolos con
los sentidos de los animales que viven en el ámbito natural. Los
sentidos de los hombres cumplen una función de orden general, el autor lo
expresa como “sentidos del mundo·. Al no precipitarse ciegamente sobre un único
punto ni quedarse ciegamente en el, estará libre, pudiendo buscar una esfera
donde reflejarse, donde puede verse dentro de sí mismo como en un espejo. No
será ya una máquina infalible en manos de la naturaleza, sino que se convertirá
él mismo en objeto y fin de su trabajo (Herder).
La racionalidad es la característica
fundamental del ser humano que otorga el status de diferente de: animales y
plantas. Sin embargo no es presentada como una facultad aislada, ni
dividida de la acción individual, en
todo caso es una orientación propia del humano y de todas las facultades. Aun
el niño manifiesta dicha razón, como analogía Herder enuncia que la razón
en el ser humano es como una semilla que
desemboca en un árbol, cuasi aristotélica la razón está en potencia y constante
desarrollo. El hombre en el universo es un SER QUE ES en grado de sensibilidad
y organización. Tal explicación dada es importante porque a partir de la
aclaración de algunos conceptos es que el lenguaje tiene cabida, es desde está
condición reflexiva que el ser humano construye un lenguaje.
En
esta concepción de origen del lenguaje podemos encontrar un aspecto
fundamental: de orden epistemológico, es a través del lenguaje y la reflexión
que el ser humano conoce lo que hay a su alrededor, además que comienza a
ordenar su mundo, así lo dice Herder “¡El
lenguaje ha sido inventado! Lo ha sido de forma tan natural y necesaria al
hombre como éste es hombre”.
Es importante destacar que Herder
toma una vía distinta para ubicar la génesis del lenguaje. Mientras en El cratilo de Platón hay tres posturas
marcadas: la primera en donde las cosas son nombradas según su naturaleza
(physis) enunciada por Cratilo, la segunda en la que se nombra por convención o
ley humana (nomos) siendo esta la tesis de Hermógenes y finalmente Sócrates
expone su tesis en la que el conocimiento no depende de nuestra relación con
los nombres, sino de nuestra relación con las cosas o más bien con las ideas.
Aunque este dialogo no se plantee el origen del lenguaje nos da pistas para
poder deducirlo. Autores como Humberto Eco marcan la importancia de estas tres
vías enunciadas por Platón cuando de lenguaje se habla. Herder toma una vía distinta porque encuentra
el origen del lenguaje o de las palabras como algo natural por la capacidad
reflexiva que encuentra en el ser humano pero difiere de la tesis de Cratilo al
no concebir que cada cosa tiene su nombre de forma natural, tampoco la
convención es una opción porque aunque el hombre está dotado de reflexión el
lenguaje aparece para poder expresarla, atendiendo a circunstancias específicas
y la tesis socrática supone ya un mundo de las ideas.
El lenguaje está vivo tan vivo como quienes lo enuncian, desde los
primeros balbuceos son transmitidos de padres a hijos, es en la transmisión donde lo
co-inventan entretejiendo una maraña de
significados y un mundo.
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